La paradoja de nuestro tiempo y "En la mesa cabemos todos"

Curtmetratge que ha obert totes les sessión del 3n Festival Gollut produït per Dinàmic Enginy. Dirigit i ideat per Joaquim Roqué.

Llega la Navidad, y con ella el tiempo que dedicamos a la reflexión con mi hijo.

Para felicitaros la Navidad os queremos invitar a hacer dos cosas:

Primero, a leer unas palabras de uno de esos textos que corren por Internet, que cuando uno investiga, comprueba que su origen no es claro, sin embargo, nos hemos animado a reescribir una versión adaptada y con palabras propias.

Y segundo, os invitamos a ver el corto que hemos realizado para el 3r Festival Gollut, “En la mesa cabemos todos, que tiene mucho sentido en estas fiestas.

Enlace de visionado:

https://vimeo.com/dinamicenginy/ataulahicabem  

 

La paradoja de nuestro tiempo

Un texto de Internet de origen incerto reescrito per Joaquim Roqué y Bora Roqué

La paradoja del tiempo en que vivimos actualmente, si lo comparamos con los tiempos ya vividos por los que nos han precedido en la historia, es que:

Tenemos edificios más altos con más vistas, las carreteras son más anchas, pero nuestra abertura de miras es más estrecha.

Gastamos más, ganamos menos, y tenemos menos; tenemos que comprar más, pero disfrutamos de ello menos. Multiplicamos posesiones, reducimos los valores humanos.

Tenemos casas más grandes pero familias más pequeñas, más conveniencias, y menos tiempo; tenemos más estudios, pero menos sensibilidad; más sabiduría y a la vez menos juicio; más expertos, pero tenemos más problemas; mejor medicina, pero menos salud.

Bebemos más, fumamos más, gastamos sin necesidad, reímos menos, vamos más rápido, nos desvelamos por las noches, nos levantamos cansados, cada vez leemos menos, vemos más la TV, estamos todo el día conectados al móvil, rezamos menos, y casi nunca meditamos.

Hablamos mucho, queremos menos y odiamos enseguida.

Hemos aprendido a ganarnos la vida pero hemos desaprendido a saber vivirla; hemos alargado años a la vida, pero no vida a los años.

Hemos ido y vuelto al espacio. Estamos orgullosos que lo que compramos hoy, y que viene de la otra parte del mundo, nos llegue mañana a casa, pero tenemos problemas para cruzar la calle o el rellano para conocer al vecino y saber que le pasa en su día a día.

Sabemos como conquistar el espacio sideral, pero no conocemos lo suficiente nuestro espacio interno e íntimo.

Realizamos cosas más grandes, pero seguramente no son cosas mejores.

Sabemos como limpiar el aire, pero no como limpiar el alma. Sabemos partir átomos, pero no nuestros perjuicios.

Escribimos peor, aprendemos menos.

¿Escribir a mano? ¿Qué es eso?

Realizamos más planes, pero los llevamos a cabo menos.

Hemos aprendido a vivir de prisa, pero no a ser pacientes y a esperar un resultado a largo término.

Queremos ganancias cada vez más altas con menos esfuerzo.

Tenemos tecnología para grabar más información, pero en el fondo tenemos menos comunicación con el entorno. Nos sentimos constantemente solos.

Estamos en el tiempo de las comidas rápidas y de las digestiones lentas. Almax y Omeprazol, son la panacea.

Hay más diversiones, pero en realidad nos divertimos menos. Presumimos de amigos en Facebook pero nuestras relaciones son cada vez más superficiales.

Por tiempo que pase, no conseguimos tener paz mundial.

Tenemos más variedad de comida, de más facilidad de producción y más accesible, pero de menos valor nutritivo y con menos variedades autóctonas que nunca.

Presumimos de sociedad igualitaria pero las mujeres siguen cobrando menos y no consiguen de la misma manera los cargos laborales que los hombres teniendo la misma capacidad.

Son días de dos sueldos por familia, si tienen la suerte de trabajar los dos y si son dos. Pero los ingresos son más escasos y queremos seguir viviendo en casas con más comodidades.

Nos fascina la ultratecnología pero nos cuesta cada vez más realizar cosas con las manos.

Son días en que los viajes son más rápidos. Todo es de usar y tirar, si nos lo reciclan es fácil ser ecológico. Lo tiramos al contenedor correspondiente y punto. Pero nosotros no reutilizamos. También lo aplicamos a la moralidad y la ética. Pim, pam.

Es un tiempo donde los aparadores luminosos están llenos pero los almacenes están vacíos porque lo que no se vende hoy no tiene valor para mañana.

Nos gustan las cosas vintage pero no vivir como vivían antes.

Queremos la cultura, pero descargamos todo lo que podemos sin remordimientos. Lo hace todo el mundo, no?

La salud es muy importante. En el primer mundo tenemos pastillas para todo, para las enfermedades comunes, para estar alegres, para estar tranquilos, para ser más eficientes, para estar callados… Nos es igual si en los ensayos clínicos las han probado con animales o con personas de países en vías de desarrollo. Lo único que nos importa es estar bien nosotros y que sean eficientes.

Somos cada vez más solidarios, sin embargo tenemos miedo que la gente que viene de otros lugares pongan en peligro nuestro estado del bienestar.

Cuando votamos salen los mismos y nuestra democracia permite que lideren las instituciones públicas y que las políticas injustas se perpetúen.

Permitimos que las grandes corporaciones, que actúan como poderes fácticos en la economía y política globales, sigan teniendo beneficios en nuestros consumos diarios, porque nos da pereza informarnos de las políticas de estas compañías y más aún cambiar a otras más respetuosas si hace falta. ¡Qué rollo! Es de frikis esto.

Tenemos la cuenta corriente en la entidad bancaria de siempre y no nos preguntamos si invierte en armamento, o ha participado en los fondos financieros que han provocado los recortes públicos en salud o servicios básicos. Mientras tenga “obra social” tenemos bastante.

Todas son iguales, nos decimos.

Eso sí, estamos en contra de las guerras y nos indigna que lo que pasa en el otro lado del mundo. Y queremos servicios públicos más eficientes y rápidos.

Nos consideramos solidarios, ecológicos, responsables, mejores que los vecinos con los que nos comparamos constantemente… Pero nos cuesta cuestionar la inercia y realizar pequeños cambios en nuestra manera de vivir.

No queremos problemas. Sólo vivir tranquilos.

Pero esto no es suficiente.

Así no haremos un mundo mejor.

Os deseamos para esta Navidad, y no sólo para estas fiestas sino para todos los días del año, que tengáis más tiempo para las cosas realmente importantes de la vida, para encontraros con los que queréis, para dar oportunidades a los que no conocéis, porque seguramente os sorprenderán, para poder contribuir a cambiar la paradoja de nuestro tiempo en la que todos contribuimos con nuestros hábitos.

Cuestionaros el día a día, no deis por hecho nada, que la curiosidad por lo que pasa alrededor se mantenga viva y haced pequeños cambios de vida que puedan cambiar el mundo inmediato en el que vivís. Porque todo esto tendrá repercusiones. Seguro. Y sobretodo, os sentiréis mucho mejor con vosotros mismos.
Felices fiestas, feliz año nuevo y un abrazo bien sincero,


Joaquim y Bora


NAVIDAD 2016 - 2017

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Jueves 28 Marzo 2024

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